El clavijero es la parte del violín situada entre la voluta y la cejilla. Es un espacio tallado en la cabeza del violín en el que se insertan las clavijas, y está ligeramente inclinado hacia atrás respecto al mango del violín para permitir un apoyo firme de las cuerdas sobre la cejilla.
Construcción
La talla del clavijero se realiza a partir de una pieza maziza de arce y requiere una gran destreza, ya que por una parte debe haber el suficiente espacio para cuerdas y clavijas y por otro debe tener una fuerza estructural suficiente para soportar la tensión de las cuerdas.
Con el fin de insertar las clavijas, tiene tallados a ambos
lados cuatro agujeros a distancias no totalmente equidistantes que
siguen su forma curvada. Möckel recomienda comenzar su talla primero
con un taladro fino e incrementar de manera gradual su tamaño. De esta
manera se evita rasgar la madera en los bordes.
Cuidado y mantenimiento
Las clavijas se utilizan
de manera constante para afinar el instrumento, y por tanto los
agujeros sufren un desgaste que a la larga hace que se vayan
agrandando. Esto produce que las clavijas no ajusten correctamente y
resbalen a la hora de afinar. Una posible solución es cambiar las
clavijas por otras más grandes, pero a largo plazo es preferible
rellenar los agujeros y perforar otros nuevos. Esta última solución es
la única si los agujeros están mal tallados, sobretodo cuando están
demasiado cerca unos de otros.
Si la madera es demasiado fina o si la clavijas no encajan de igual manera en los dos agujeros por los que pasan pueden producirse grietas en la madera. Estas grietas pueden arreglarse encolándolas y si es necesario añadiendo un fina tira de madera que actúe como revestimiento del interior del clavijero para reforzarlo. Estos arreglos requieren mucha experiencia, paciencia y buenas herramientas y materiales. En todo caso un buen luthier tras los arreglos hará que las grietas sean prácticamente imperceptibles.
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