Cómo hacer que tu hij@ estudie sin recurrir a la violencia (I)

La motivación

Para propiciar la motivación debemos entender y aceptar que sólo estaremos motivados si elegimos estarlo.
En este sentido cobra un papel esencial crear un entorno estimulante. Algunos puntos que pueden ayudarnos en esta tarea son:
- nuestra propia motivación y pasión por lo que hacemos; puede ser la chispa que despierte la motivación en nuestros hij@s y alumn@s.
- proporcionar un apoyo incondicional, basado en la paciencia y el cuidado sin entrar en juicios de valor.
- contar con la ayuda de un buen docente
- crear buenos hábitos de estudio; una práctica constante en el tiempo

A demás debemos tener en cuenta que todas las personas somos diferentes. Por eso lo que a unos motiva puede ser totalmente diferente de lo que motiva a los otros. Es aquí donde entran los diferentes tipos de motivación;
- la recompensa
- las relaciones interpersonales
- el sentimiento de valor propio y autoestima
- la diversión y alegría inherentes a la actividad

El tipo de motivación lo podemos adaptar y escoger según:
- las características personales
- las etapas que vaya atravesando nuestr@ hij@, ya que según gane experiencia y madurez, las razones por las que realiza la actividad también cambiarán y evolucionarán.

Los adultos pueden operar en diferentes niveles de motivación, mientras que los niños generalmente operan en los niveles más básicos (recompensa, autoestima) y evolucionan a niveles más altos cuando adquieren más experiencia. Pensemos que el hecho de interpretar música se convertirá a la larga en la motivación última.

Es normal que los niños, incluso los más motivados, no siempre tengan la paciencia que requiere practicar cada día. Es mucho trabajo y no siempre verán una recompensa clara. Por eso nos necesitan; necesitan nuestra experiencia y percepción a largo plazo para que les ayudemos a continuar el camino. Algunos puntos de apoyo que nos pueden ayudar a superar estos momentos:
- aumentar la percepción de competencia
- compartir la buena opinión que tenemos de las cosas que se hacen bien y de sus virtudes personales.
- afianzar una buena base que permita crecer y evolucionar; hacer algo muy bien es tan necesario como aprender cosas nuevas.

Mamás, papás y profesor@s debemos de ser muy pacientes, porque los primeros estadios de aprendizaje son lentos, ya que no se tiene una experiencia previa de la que partir.
Podemos comparar esta etapa con el crecimiento de una planta desde su primer día de vida; cuando plantamos una semilla en la tierra. Esta semilla va requerir muchos cuidados hasta que veamos asomar el primer brote de la tierra, y muchos más días y cuidados hasta que florezca. Pero a nadie se le ocurriría decir a una planta "crece más rápido" o "florece este mes".
Esto es lo que ocurre cuando discutimos, nos exasperamos, nos impacientamos y creamos al final un mal ambiente. Disfrutemos del proceso de crecimiento, de cada paso.

- Seamos positivos, tengamos paciencia y dejemos que nuestra ilusión y motivación les inspiren.
- Creemos una relación sana con nuestros hijos y alumnos, y basémosla en compartir con ellos nuestro tiempo, paciencia, esfuerzo, compromiso, creatividad, sensibilidad y auto-control.
- Seamos una parte activa del proceso.

Lo mejor no está por llegar; nos lo ofrecen cada día.

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