En la edad adulta la inteligencia cristalizada (aquella que se ha desarrollado a lo largo de la vida) y la experiencia juegan un papel fundamental en el aprendizaje. Aprovechando ambas y siguiendo una serie de principios se puede mejorar mucho el rendimiento de los alumnos. Entre estos principios cabe destacar:
- Eliminar la ansiedad para aumentar la eficiencia del aprendizaje
- Fomentar la expresión e interpretación de los conocimientos.
- Presentar la información en categorías, secuencias lógicas y mediante asociaciones significativas.
- Encargar tareas relevantes y familiares, fomentando el reconocimiento y el recuerdo a largo plazo.
- Hacer comprender la relevancia o la aplicación de lo que se ha de aprender.
- Valorar más la precisión que la rapidez (adecuando el ritmo de ejecución de las tareas).
- Planificar repeticiones de las tareas
Si además de seguir estos principios básicos se incentiva la
motivación y se desarrollan unas buenas técnicas de estudio se facilitará en gran medida el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
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