Yehudi Menuhin y sus tutoriales (III)




Cuando decimos a un alumno que "sostenga" el violín en muchas ocasiones puede malinterpretarse. Se suele pensar en cogerlo con fuerza, casi con la sensación de que no se nos escape. En cambio, coger el violín es una cuestión de equilibrio y flexibilidad, evitando cualquier tensión física.

El propio violín no incorpora ningún soporte predeterminado para asentarlo a nuestro cuerpo. En la actualidad la mayoría de violinistas utilizan algún tipo de almohadilla para acomodarlo. Menuhin no.
Utiliza la clavícula y el equilibrio entre los movimientos de mano izquierda, arco y cuerpo en general para mantener una ejecución equilibrada, flexible y relajada.  

La primera sensación que tenemos al poner un violín sobre el hombro es de que resbalará y caerá al suelo; queremos poner algo por debajo, sostenerlo haciendo fuerza. Entonces buscamos el apoyo del hombro, el peso de la cabeza, el soporte de la mano izquierda o del pulgar. Todos estos intentos de "fijar" son erróneos, ya que imposibilitamos la flexibilidad de las articulaciones (cuello, hombro, brazo izquierdo, mano izquierda). Menuhin muestra en el minuto 2:20 todas esta tendencias con un alumno.

Con un violín de plástico transparente muestra mejor la posición del violín respecto al cuerpo (3:35).
El violín descansa sobre la clavícula y la cabeza descansa sobre la barbada, libre para poder moverse en todas direcciones. El hombro también puede moverse libremente. En cuanto a la mano izquierda, la posición debe adaptarse tomando como referencia la altura de los nudillos para posibilitar que quede espacio entre los dedos y el batedor (4:31). Es importante que en este momento mantengamos contacto con el instrumento sólo en las puntas de los dedos 1 a 4 y con la primera falange del pulgar.
Podemos observar también que cuando subimos de posición a lo largo del batedor (4:50 - 5:26) los dedos se van elevando hasta llegar prácticamente a una posición vertical y los nudillos quedan por encima del nivel del batedor. Los dedos deben de poder caer en las cuerdas de manera natural a distancias iguales.
En todo momento la mano, el codo y el hombro deben permanecer relajados y flexibles.

Para encontrar una buena manera de coger el violín podemos comenzar dejándolo colgar de la cabeza y la clavícula y ver si podemos mantener el hombro libre (5:57).



De esta manera podemos establecer que el hombro no interviene. Para poner el violín en posición paralela al suelo situamos el pulgar y el índice uno a cada lado del mango y levantamos el violín hasta su posición comprobando que ahora tenemos mucho más espacio y libertad de movimientos.

En el siguiente ejemplo (7:44) Menuhin coloca el violín sobre la clavícula de una alumna y le hace levantar el brazo poco a poco para que lo conserve relajado, comprobando que los nudillos estén ligeramente por encima del mango del violín.

A continuación expone algunos ejercicios más específicos:

  • De pulgar (8:30) para desarrollar la flexibilidad de la articulación
  • Levantar la cabeza y mover lateralmente con el pulgar y los dedos 2,3 el violín (8:53)      
  • Subir y bajar los dedos de la mano izquierda (9:10). La unión del pulgar con la mano se acercará y alejará del mango del violín.
  • Dejar descansar la cabeza ligeramente sobre la barbada y colocar los dedos por encima de las cuerdas en la posición más alta posible, levantando el violín sólo con la acción del pulgar (9:45). Es un ejercicio complementario del anterior.
  • Mover el pulgar hacia dentro (10:10). Situar los dedos 3-4 descansando sobre la cuerda e intentar que lleguen hasta su altura más alta sin cambiar el ángulo de la articulación más cercana a la cuerda (10:33). Hacer el ejercicio intentando crear espacio en el triángulo formado entre brazo - antebrazo - violín. Para ello se debe dejar caer el codo cada vez que se eleva la mano.
  • Incrementar la fuerza y velocidad de los dedos cuando salen de la cuerda (11:57). Se debe evitar que suenen contra el batedor cuando vuelven a la cuerda.
Una vez realizados estos ejercicios llegamos a un momento muy importante: aplicar la presión de los dedos sobre las cuerdas. De nuevo la palabra presión se puede malinterpretar y podemos pensar en "tesión". Sin embargo sólo se trata de fortalecer los arcos de los dedos para que reciban el peso de todo el brazo. En este momento se sentirá una sensación de expansión cuando el hombro se relaja y permite al codo girar un poco más hacia dentro del violín. Esto permite que llegue más peso a la punta de los dedos ya que éstos están más verticales. En el minuto 13:15 podemos ver perfectamente por dónde pisan los dedos las cuerdas: por el centro de la yema. A demás dejando caer los dedos sobre ellas debemos calcular la fuerza necesaria para pisarlas. Los dedos no deben empujar las cuerdas hacia los lados; deben caer verticales. Dejar los dedos sobre las cuerdas y aplicar presión de manera repetida es un excelente ejercicio para el vibrato (13:15).

Con todos estos ejercicios hemos asegurado el punto de contacto de los dedos con la cuerda y el batedor. Los movimientos que pueden trazar los dedos sobre el batedor pueden ser: verticales (17:30), horizontales (17:34) y laterales (17:40). Estos movimientos interrelacionados permiten trazar círculos (17:58). Menuhin desarrolla el movimiento horizontal (14:42). Se trata de pivotar la mano con la referencia del pulgar. Los dedos que están sobre la cuerda cambian de ángulo desde la posición más plegada o cuadrada (14:56) a la más plana u horizontal (15:00). En este ejercicio debemos notar el movimiento en dedos, nudillos y muñeca. Es muy importante el papel que juega la cabeza y el hombro:
    • cuando llevamos la muñeca hacia sentiremos que el violín también lo estiramos hacia fuera. Debemos llevar el menton hacia abajo y atrás para no permitir que el violín deje su posición sobre la clavícula. El hombro tenderá a ir hacia atrás, y este movimiento debe anticipar el del resto del brazo (17:10)
    • cuando movemos los dedos hacia el cuerpo debemos mantener la cabeza libre y el hombro de manera natural tenderá a moverse hacia adelante anticipando el movimiento del resto del brazo.

      Los siguientes ejercicios son para desarrollar la sensibilidad de los dedos:  
      • El dedo permanece sobre la cuerda y el pulgar resbala por debajo del mango (18:28). El dedo índice puede rozar ligeramente el mango a la altura del nudillo.
      • El pulgar permanece en su sitio y los dedos resbalan por la cuerda arriba y abajo (19:00)
      • El pulgar e índice se mueven en direcciones opuestas siempre cuidando no ejercer ninguna tensión en cabeza y hombro por querer fijar el violín a su posición (19:30).
      Menuhin continúa desarrollando los movimientos laterales, los que cruzan las cuerdas. Para ello ejecuta con todos los dedos pizzicatos de mano izquierda (19:57). El brazo permanece relajado y sigue el movimiento. También se trabaja en la posición contraria, en la que la mano debe estar más alta (20:50).
      Es importante poder mover los dedos horizontalmente (21:05) con la cooperación del resto de articulaciones. Para ello se desplazaran los dedos horizontalmente en direcciones opuestas (21:29).

      Para finalizar, recomienda el libro en varios volúmenes "La independencia de los dedos" de Dounis, en el que cada dedo debe ejercer un movimiento diferente, combinando estado estacionario y movimientos horizontales, laterales y verticales (22:10). ¡Fantástico!

      1 comentario:

      Gabi dijo...

      Excelente resumen!

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