En lo primero que me fijé, como cualquier hijo de vecino que tenga un poco de conocimiento sobre el violín, es que ¡esta chica toca el violín al revés!.
Pensé entonces con buena fe: "bueno, puede ser que sea un violín para zurdos, de estos que se sabe su existencia pero no se ve nunca nadie tocándolo".
Pues no. Fijándome en las clavijas del violín vi el error; los señores responsables del photoshop han invertido la foto. Pero todavía había algo que me incomodaba, y desgraciadamente pronto hallé la respuesta; cómo coge el arco no es el resultado de años de estudio, sino de un momento inspirado en el que el fotógrafo probablemente dijo algo así como "anda guapa, coge el violín".
Trato de quitar hierro al asunto y pensar que la mayoría de gente no se dará cuenta de todo esto, pero francamente, con la cantidad de niños y niñas que pueden posar en una foto tocando el violín de manera digna, ¿porqué hacer las cosas mal hechas?
Definitivamente en este caso han clavado el mensaje; la ilusión es la de escuchar.
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