Parece que en la enseñanza tradicional cualquier tipo de exámen o evaluación lleva consigo una carga negativa; nervios, miedo, presión o ansiedad son sentimientos muy comunes entre niños y no tan niños a la hora de enfrentarse a un exámen. Todo ello es respuesta a un sistema educativo basado en la crítica negativa, que castiga el error y lo etiqueta como fracaso.
Desgraciadamente los alumnos pierden una gran oportunidad de aprender de los errores, ya que aprender a evitarlos no es lo mismo que reconocerlos. En este último caso se puede dar el cambio y la mejora y forjar una fuerte autoestima.
Pues bien, este exámen ilustra muy bien cómo debería ser cualquier exámen.
Como anécdota he de decir que el tribunal estaba formado por tres señoras entre las que sumaban seguro 200 años, otra cosa muy positiva del método Suzuki; reconocer el valor de la experiencia de los docentes que han dedicado toda su vida a la enseñanza.
Depués de tocar dos piezas del repertorio e impartir clase a una alumna me hicieron una serie de preguntas enfocadas a hacerme reflexionar sobre mi interpretación y la clase que había desarrollado. Fue increible que aquellas profesoras pudiesen compartir conmigo su visión sobre mis respuestas, y enseñarme nuevas maneras de enfocar algunos de los temas tratados que yo ni siquiera me había planteado. A demás me hicieron consciente de mis puntos positivos a la hora de enseñar y de las cuestiones en las que hacer más hincapié.
En definitiva, éste es el enfoque que todo proceso educativo debería de tener de los exámenes o evaluaciones.... ¿no estaríamos desando que llegase el día de examinarnos de esta manera?
No hay comentarios:
Publicar un comentario