Este modelo educativo arrebataba cualquier perspectiva global a los niños e impedía cualquier desarrollo explícito de las capacidades en los adultos.
Ante esta situación los modelos educativos han evolucionado. Han reconocido que a cualquier edad se puede aprender y que toda enseñanza ha de partir de la riqueza social y cultural, fuente esencial de conocimiento. A partir de ella es posible para toda persona el desarrollo de capacidades.
En el caso que nos ocupa, la música está ligada a un vasto legado cultural; ha evolucionado y ha llegado a nuestros días plenamente integrada en nuestra vida cotidiana.
En este sentido aprender música es poder dar significado a una realidad, y a la vez dar sentido al pasado y al presente. Pero además poder interpretar música a través de un instrumento nos permite interactuar con la realidad musical y con otras personas.
Podemos resumir que el estudio de la música nos enriquece personalmente, nos da perspectiva de nuestra historia y nuestro tiempo y nos permite desarrollar nuevas capacidades y sensibilidades.
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