Ya he comentado anteriormente que en las clases de formación los profesores no sólo aprendemos a enseñar de la manera más adecuada a los alumnos, sino que también tocamos y memorizamos todas las piezas de los volúmenes 2 y 3 y recibimos clases individuales para mejorar nuestra técnica e interpretación.
Pues bien, ya con perspectiva puedo decir que lo que más he notado con diferencia este año es que todas las enseñanzas me han hecho mucho mejor violinista; puedo reconocer un sonido con una más resonancia y una interpretación más relajada y personal, y esto se ha reflejado en mi vida profesional en la interpretación. Esta nueva manera de sentir y relacionarme con el violín me ha hecho también reflexionar y cambiar la manera en la que veo y enseño la relación de mis alumnos con el instrumento.
A nivel pedagógico este año he entendido mejor a los niños de 3 a 5 años y cómo aprenden. Saber que para que a estas edades aprendan es imprescindible llamar su atención y divertirles era algo que tenía claro, pero el cómo es algo que se desarrolla lentamente con
- mucho tiempo de experiencia pedagógica
- la ayuda y observación de otros docentes
- mucha lectura de fuentes especializadas
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