La importancia de un buen comienzo

Hablando con muchos padres, me doy cuenta de que una opinión generalizada sobre el comienzo del instrumento es que la calidad de los conocimentos que adquieren los alumnos y el tiempo de práctica / estudio no son puntos importantes en los primeros estadios de aprendizaje.

Expresiones como "más adelante perfeccionará su técnica" o "es demasiado jóven para pensar en que trabaje temas específicos" son frecuentes. Pensemos por ejemplo cuando un niño aprende a escribir... ¿diríamos que es igual de la manera que coja el lápiz, que ya cuando sea adolescente aprenderá a cogerlo bien?. De la misma manera, un niño aprende los colores, los números, etc. de manera progresiva y con una metodología adecuada... pero ¿diríamos que no hace falta que aprenda los números porque es demasiado complicado?

Nuestra cultura ha situado la música y el aprendizaje musical como algo difícil y sacrificado, pero, ¿acaso los niños no pasan más de seis horas en el colegios desde temprana edad?, ¿acaso no se les exige, a su nivel, y se les califica conforme aprenden?. Los niños realizan actividades que requieren concentración y esfuerzo desde bien pequeños, y la música debería situarse de manera natural dentro de este entorno educativo, y desde una perspectiva de perfeccionamiento y mejora.   

Igual que en el ejemplo del lápiz, padres y profesores insitirán de manera conjunta, continua y positiva en que adquieran una buena posición que les permita poder desarrollarse sin tensiones y cómodamente.
La técnica de arco y violín requiere los mismos procedimientos para dominarla, y obviar los aspectos básicos que la sustentan es abocar al fracaso técnico a los alumnos según avancen, y deshacer el camino andado. Corregir un error es mucho más dificil que aprender de cero. El Dr. Suzuki afirmaba que para corregir un error técnico debemos ejecutarlo correctamente al menos las mismas veces que lo hemos realizado mal, y después podremos afianzar la nueva técnica.